El Florero de Llorente (Día de la Independecia)
El Florero de Llorente es uno de los sucesos de la Historia de Colombia. Este motín, también es conocido como el Grito o La reyerta del 20 de Julio ocurrido en ese día de 1810. El nombre de este incidente se debe en realidad a la denegación de un préstamo de un florero, de parte del comerciante español José Gonzalez Llorente al señor Luis de Rubio, aprovechada por los hermanos Francisco y Antonio Morales.En la mañana del 20 de julio, Joaquín Camacho se dirigió a la residencia del virrey Antonio Amar y Borbón, para solicitar respuesta acerca de una solicitud de la instauración de una junta de gobierno en Santa Fe, mas, la negativa del propio virrey aunada a su arrogancia, hizo que se procediera a formar la reyerta con la excusa del préstamo de un florero.
Luis de Rubio, se dirigió de visita al negocio de José Gonzales Llorente para pedir prestado el mencionado objeto, con el fin de ser usado para la cena de visita para el comisario real Antonio de Villavicencio, pero de una vez se dio la negativa del préstamo en la actitud altanera del propio Llorente. Posteriormente, un grupo de criollos, entre los que se encontraba Francisco José de Caldas, realizaron una reverencia de sumisión al español, que fue recibido de forma acogida por Llorente.
Al instante, Antonio de Morales le increpó a Caldas por la Forma que trataba Llorente a los criollos con improperios, lo que provocó la respuesta turbulenta del pueblo, atacando a Llorente. El alcalde de Santa Fe, José Miguel Pey, intentó calmar al pueblo sacando a Llorente, mientras José María Carbonell alentaba a los habitantes para que se unieran a la protesta.
Al final de la tarde las cosas se tranquilizaron, y se procedió a designar a los miembros de la Junta, a instancias de José Acevedo y Goméz (por lo que la historia lo llamaría después como El tribuno del Pueblo), pero la designación del virrey como presidente de la Junta, provocó la animadversión del pueblo.
Por último, se intentó aplastar la manifestación popular a través del comandante español Juán Sámano, por lo que el propio Acevedo y Goméz advirtió al pueblo de declarar reo de lesa majestad, a cualquiera que se opusiera a la Junta recién constituida. Posteriormente se realizó la convocatoria de un cabildo abierto, para luego arrestar a los oidores y al virrey, que se haría efectiva para el día 21 y para el 26 de julio se procedió a declarar libre a la Junta del Consejo de Regencia.